Amélie Nothomb, "Ácido sulfúrico"

Descubrí a Amélie Nothomb hace unos dos o tres años, gracias a una lista de libros interesantes que nos recomendó nuestra profesora de francés. Entre ellos me llamó la atención uno de los títulos, "Estupor y temblores", así que decidí elegir el libro para hacer mi examen oral. Como siempre que leo un libro en francés empecé subrayando las palabras que no entendía para buscarlas luego en el diccionario y así ir ampliando vocabulario, pero cuando me puse con ese libro, no pasaron ni diez páginas cuando dejé el lápiz a un lado y empecé a leer y a leer, enganchada con las peripecias de una joven belga que empezó trabajando en un buen puesto en una empresa japonesa y que poco a poco, de las formas más absurdas e hilarantes fue cayendo poco a poco hasta llegar al peor puesto.

Después de ese libro vino "Cosmética del enemigo" (del que quizás hable en otra ocasión) con su correspondiente versión teatral, y ahora "Ácido sulfúrico".

Aproveché un reciente viaje a Francia para hacerme con varios libros de Nothomb, porque en mi ciudad los que encuentro en la librería de idiomas son los que ya tengo.

"Ácido sulfúrico" cuenta la historia de un reality show con un éxito inmenso, visto por todo el mundo y del que hablan en todos los periódicos, revistas y emisoras de radio. El programa, "Concentration" reúne a una serie de prisioneros encerrados en una especie de campo de concentración, donde son maltratados por los terribles kapos (que fueron reclutados en un exigente cásting) y cuyo final inequívoco es ser enviados a la muerte, aspecto del programa que tiene mucho éxito.

El libro se centra en la kapo más cruel, Zdena, que sin darse cuenta empieza a sentir una especie de obsesión por una de las prisioneras, Panonique, la otra gran protagonista de la novela y del reality.

En la novela se reflexiona sobre los límites de la sociedad, su necesidad de llegar a donde sea con tal de obtener beneficios, la bondad y la maldad.

El tema es bastante original y el estilo muy ameno, así que es difícil aburrirse y, sobre todo, olvidar la historia.